CU TRENUL PRIN ANDALUZIA

Sobre el destino: En Málaga, la ciudad natal de Picasso, el arte emana de cada ladrillo. Considerada una de las ciudades más antiguas de España y Europa, este puerto cosmopolita es alegre y moderno, sin embargo, se aferra a su gran pasado histórico. El Paseo el Parque, lleno de palmeras, le llevará a la Alcazaba, un palacio árabe cuyos muros fortificados esconden jardines fragantes y un museo arqueológico. El castillo de Gibralfaro corona una colina cercana, con vistas espectaculares de la ciudad. También vale la pena visitar el Museo Picasso que, además de poseer un impresionante patrimonio artístico, ofrece actividades educativas y eventos culturales. Málaga se merece una buena visita nocturna: no te pierdas un buen paseo por el puerto y disfruta de la Alcazaba iluminada, que vigila la ciudad desde el monte Gibralfaro.

Sobre el destino: Ronda es una ciudad en Málaga. La ciudad milenaria de Ronda posee uno de los centros históricos más bellos de España. Declarada Bien de Interés Cultural en 1966, contiene un patrimonio histórico rico y diverso. Su casco antiguo ha sido declarado Bien de Interés Cultural. Celtas, fenicios, romanos y árabes habitaron estas tierras, que fueron reconquistadas por los Reyes Católicos. Varios puentes unen las dos mitades de una de las ciudades más interesantes en la ruta de los pueblos blancos, en el corazón de la Ronda colinas, a pocos kilómetros de la Costa del Sol.

Sobre el destino: Tal vez en ninguna otra parte como en Córdoba es tan visible el patrimonio diverso de España. El Puente Romano, y los pilares dispersos y murallas dan testimonio de la importancia de la ciudad en la época romana. Durante la prospera ocupación árabe Córdoba fue la ciudad más grande en el mundo. Córdoba captura la esencia de Andalucía: casas blancas a lo largo de estrechas calles esconden patios serenos, y el cante jondo, un estilo de cante flamenco, todavía resuena en las calles de vez en cuando. La mayoría de los lugares de interés y monumentos están agrupados en la Judería, un laberinto de calles estrechas y sinuosas que, una vez fue el barrio judío de la ciudad. Esta zona se encuentra entre la Plaza de las Tendillas, la plaza principal de Córdoba, y el río Guadalquivir. Aquí se encuentra el símbolo de la ciudad, La Mezquita, que es una maravilla mística; unos 850 pilares de mármol, alabastro y piedra soportan los 425 arcos rayados de dos pisos. Desde la torre, los visitantes pueden ver claramente cómo la conversión en una catedral del siglo XIII resultó en una yuxtaposición incongruente de estilos. El barrio judío es ideal para tapas e ir de bar en bar, ya que está, pruebe con un fino seco o un dulce Pedro Ximénez, los vinos más famosos de la región. A Córdoba le sobran razones para ir a visitarla. Es una ciudad que invita a soñar: sólo hay que perderse por sus enrevesadas callejuelas para darse cuenta de que se está en un lugar único. No hay que perderse el atardecer desde el puente romano sobre el río Guadalquivir. Después no querrán irte a dormir.

Sobre el destino: Sevilla tiene un color especial, esta ciudad efervescente está llena de colorida arquitectura tradicional. El río Guadalquivir atraviesa la ciudad de norte a sur. La mayor parte de la ciudad, que incluye el casco antiguo denominado Barrio de Santa Cruz, está en la orilla este, mientras que el Barrio de Triana se encuentra en la orilla oeste. A media noche, el canto improvisado y las palmas llenan los bares y las calles. Durante el día, la diversidad del patrimonio de la ciudad se hace evidente. Los romanos, árabes, católicos, y ahora, hordas de turistas, todos han intentado reclamar Sevilla como suya. De hecho, Sevilla nunca ha dejado de despertar la imaginación de los recién llegados. Desde la calle, la catedral parece poco impresionante; hay que ver el interior para hacerse una idea de sus dimensiones. Enormes pilares sostienen el techo abovedado, y la riqueza de sus tesoros es fabuloso. Otra gran vista de la ciudad es la Giralda, que fue el alminar de la mezquita almohade. Desde la cima, hay una vista fantástica de la ciudad. La Torre del Oro, un símbolo de la ciudad, originalmente cubierto de azulejos de oro, vela la ciudad como siempre lo ha hecho desde 1220. Sevilla de noche es maravillosa, todo cobra un aire místico capaz de hipnotizarnos, y si sabes vivirlo, caerás en su hechizo.

Sobre el destino: Cádiz se encuentra en el sur de España, en la región de Andalucía. Su costa es parte de la Costa de la Luz y cuenta con numerosas playas de arena dorada, incluyendo desde las playas de las zonas urbanas a extensos tramos de arena prácticamente vírgenes. En el interior, la popular Ruta de los Pueblos Blancos es muy recomendable. Tiene tres fiestas de Interés Turístico Internacional: el prestigioso Carnaval de Cádiz, los eventos de carreras de caballos, únicos en la playa de Sanlúcar de Barrameda, y la elegante Feria del Caballo en Jerez de la Frontera. Parte de la provincia también se encuentra dentro del Parque Nacional de Doñana, y también hay otras cinco reservas naturales en el entorno natural excepcional de Cádiz. Cádiz también es conocido por su deliciosa gastronomía, y sobre todo por su "pescaito frito" y mariscos, idealmente acompañado de los vinos que se encuentran en las rutas del vino y brandy del Marco de Jerez.

Sobre el destino: Sevilla tiene un color especial, esta ciudad efervescente está llena de colorida arquitectura tradicional. El río Guadalquivir atraviesa la ciudad de norte a sur. La mayor parte de la ciudad, que incluye el casco antiguo denominado Barrio de Santa Cruz, está en la orilla este, mientras que el Barrio de Triana se encuentra en la orilla oeste. A media noche, el canto improvisado y las palmas llenan los bares y las calles. Durante el día, la diversidad del patrimonio de la ciudad se hace evidente. Los romanos, árabes, católicos, y ahora, hordas de turistas, todos han intentado reclamar Sevilla como suya. De hecho, Sevilla nunca ha dejado de despertar la imaginación de los recién llegados. Desde la calle, la catedral parece poco impresionante; hay que ver el interior para hacerse una idea de sus dimensiones. Enormes pilares sostienen el techo abovedado, y la riqueza de sus tesoros es fabuloso. Otra gran vista de la ciudad es la Giralda, que fue el alminar de la mezquita almohade. Desde la cima, hay una vista fantástica de la ciudad. La Torre del Oro, un símbolo de la ciudad, originalmente cubierto de azulejos de oro, vela la ciudad como siempre lo ha hecho desde 1220. Sevilla de noche es maravillosa, todo cobra un aire místico capaz de hipnotizarnos, y si sabes vivirlo, caerás en su hechizo.